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FOTOS COLECCIÓN

COLECCION

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2006 -

40 Aniversario

1Mi tierra es Andalucía

Paco Coria / Juan Díaz

2A la vuelta del camino

Paco Coria / Juan Díaz

3Entre Triana y Sevilla

Paco Coria / Faustino Cabello

4Date la vuelta y te vas

Paco Coria / Juan Díaz

5Misterios del camino

Paco Coria / Juan Díaz

6Gaditana

Paco Coria / J. M. Moya

7Cuando se pierde un amigo

Paco Coria / Juan Díaz

8Recuerdos de otros Rocíos

Paco Coria / Juan Díaz

9A mí me gusta la noche

J. S. Morales / J. M. Moya

10Se fue la primavera de mi vida

Manuel Jalón / J. M. Moya

11La saeta

Paco Coria / J. M. Moya

Arreglos y dirección musical: Juan Acuña
Guitarra flamenca: Niño de Pura
Bajo eléctrico: Manuel Nieto
Percusión: Manolo Lora
Flauta: Ana Rocío González
Palmas y palillos:
Ana Rocío González y J. M. López
Metales: J. M. Barquero Punta y J. M. Bernal
Diseño: Juan Antonio y Juan Luis Casado
Cuerdas: Orquesta de Cámara Caura
Web: www.discograficaguadalquivir.com
Ingeniero de sonido:
Abelardo Jiménez y Luis Mangas
Grabado en: Alfaguara estudios (Sevilla)
Productor: Paco Coria

Texto promocional del disco 40 Aniversario

Texto promocional 40 Aniversario

Otro año más y ya van 43... Los Romeros de la Puebla siguen dando muestra del porque de esa dilatada e inigualable carrera discográfica,Otro año más, titulo genérico de este álbum, acuna diez temas por sevillanas seleccionados durante meses de ensayo hasta conseguir el más puro estilo Romeros."Yo soy Rocío", es un tema netamente rociero en el que la metáfora y el sentimiento se fían dando cita para expresar la belleza de todas esas cosas que uno puede encontrarse en su caminar hasta la aldea del Rocío.

"La vida es corta", no es más que el reflejo de unos pensamientos que dormitan en la mente de cada persona cuando el horizonte está muy lejos y que a su vez despiertan con el paso de los años, porque como dice el estribillo de esta sevillana, “aunque parezca mentira, cuando llega el nuevo día, yo me suelo preguntar, por qué es tan corta la vida, cuando se mira pa' tras”.

"Carmela, ole con ole y ola". Siempre se han distinguido a lo largo de su trayectoria, con esa alegría desbordante que han trasmitido cantándole a su Sevilla en feria. Un largo etcétera de títulos asi lo corroboran, y esta Carmela será otro éxito más al llegar la primavera por las calles del ferial.

"Tienes que venir". El corte número cinco nos regresa al Rocío, pero en este caso, para dejar bien claro la fe. Esa fe rociera que mueve montañas y que a veces pretenden ensombrecer.

"Déjame soñar Sevilla". Cuando uno se aleja de Sevilla se lleva en su equipaje todos los recuerdos que guarda de la niñez, sus rincones, su barrio, sus costumbres y todo aquello que Sevilla ha dejado grabado dentro de ti. Fabulosa interpretación compartida entre Faustino, solista en esta ocasión y el resto de compañeros.

"Si yo pudiera volver". No cabe la menor duda el ejemplo que nos regalan estos versos de una pareja donde su fuente amor es inagotable, difícil en estos tiempos que corren donde la tolerancia tiene un sabor agridulce.

"El Rocío nos unió" es un tema que cuenta la historia de una persona que sin conocer el Rocío se echa a caminar y tiene la suerte de encontrarse con un buen rociero que le enseña todos y cada uno de los momentos de la romería.

"El andaluz", siempre cerca y siempre lejos, porque tiene a la mitad su corazón repartió'. Es un tema que obedece a la realidad de tantas y tantas personas que tiene su trabajo lejos de esta Andalucía verde y blanca y que a su vez echó raíces en otros puntos de la geografía. "Allí soy el andaluz, me lo dicen al pasar y en mi pueblo "mira tú" me llaman el catalán".

"Espigas de tu semilla". "Dicen que se quieren más a los nietos que a los hijos, pero yo pienso que no es verdad, que son cariños distintos y se quieren por igual". Estos versos forman parte de esta sevillanas interpretada en el primer y segundo cuerpo por Faustino Cabello y en el estribillo con una fuerza y un sentimiento profundo por Los Romeros, ya que ellos han vivido la experiencia de ser abuelos. Los nietos y los hijos "son ramas de un mismo árbol, espigas de tu semilla y el mejor de los regalos que se recibe en la vida"."Mis sentimientos cofrades" cierra este magnífico trabajo discográfico en un acercamiento a imágenes como el Cachorro trianero, el Cristo de los Gitanos y el Señor del Gran Poder. Un tema netamente cofrade que hará las delicias de todo buen incondicional del género.

Paco Coria

Folleto del homenaje 40 Aniversario

Folleto del Homenaje 40 Aniversario

Aquel muchacho volvió al pueblo tras echar una temporada trabajando en alguna faena del arroz en La Isla. Era fiesta en el pueblo, no recuerdo si Cruces de Mayo o feria; lo cierto es que era tiempo de cantar coplas, y cuando los demás -muchachos todos entre los quince y los diecisiete años- cantábamos las sevillanas de siempre, bien las bíblicas de los Hermanos Toronjos, bien las de los Hermanos Reyes, él, el muchacho que volvía del arroz, trajo algo nuevo, algo que al principio nos sonó extraño y que al poco, en cuanto la entonó varias veces, se convirtió en la copla de aquellas fiestas.

Aquellas sevillanas -"las cantan unos muchachos de La Puebla", nos decía el paisano que volvía de La Isla- rompían con todo lo anterior. Ni las músicas ni las letras tenían el metro acostumbrado. Eran unas letras en versos de arte mayor casados con otros de arte menor; letras que hablaban del mar, de amores trágicos; letras que nos parecían -que lo eran- raras, porque utilizaban una especie de pie quebrado con un primer verso decasílabo y el siguiente hexasílabo, y estábamos hechos al metro romance o al de la seguidilla, el siete por cinco tradicional. Y las músicas de esas letras, al tener que ajustarse al metro literario, eran obligadamente distintas. Pero sonaban bien, levantaban curiosidad con aquella salida que parecía un largo prólogo para el baile: "Arrecoge la vela del bote / que el viento ya se fue..." Y después, cuando la sevillana entraba en su cuerpo bailable, jugaba con versos de seis, de ocho sílabas. Lo cierto es que los muchachos nos pasamos las fiestas "arrecogiendo" velas, porque presentíamos, al cantar, que íbamos a un puerto distinto, que se veían "la noche, el día y el amor" de una nueva orilla en las sevillanas. Estaban naciendo Los Romeros de la Puebla.

Desde entonces a nuestros días han pasado cuarenta años. Media vida. Media vida en la que ellos han ido dando puntadas de cantes con la aguja de su voz, ensartando en ésta el hilo de colores de las mejores letras, de las mejores músicas, hasta bordarnos un manto cantor ante el que se admiran los tiempos de la música popular del Sur. Siempre, los mejores letristas -muchos de ellos, auténticos, grandísimos poetas-; siempre, la música adecuada -punto y aparte, dos sentidos del acorde, los de José Manuel Moya y Juan Díaz. De tal manera, que incluso letras que en otros grupos -con otra música- hubieran pasado inadvertidas, en Los Romeros se convertían en éxito.

Era la letra, sí, pero era, sobre todo, la música, el acierto musical para poner el acento en su sitio, la cadencia en la vocalización, el quejío o la dulce melodía Y era -y es- un prodigioso quinario de voces flamencas que podían con todo. No nombro más letras que la primera, porque caería, involuntariamente, en la injusticia. Pero en la memoria de todos están las que están, las que el pueblo ha hecho suyas, las que "nadie sabe su autor", aunque lo tenga. "Tal es la gloria, Guillen, / de los que escriben cantares / oír decir a las gentes / que no los ha escrito nadie".

El amor en toda su amplitud, el Rocío, Sevilla, el mar, la dehesa, el campo, la marisma... Pinares y ganaderías, caballos y cazadores, escalofríos de la fe del pueblo y el piropo exagerado -"A las palabras de amor / les sienta bien su poquito / de exageración"-, el dolor y la ausencia, la alegría y la pena, todo. Todo lo que el pueblo sentía, en las coplas de Los Romeros. Clásicos de los sentimientos, tanto como del cantar, que viene a ser lo mismo. Que si "A todos nos han cantao / en una noche de juerga / coplas que nos han matao", todos nos hemos identificado con alguna copla de Los Romeros.Han cambiado los tiempos. Cambiaron hace ya unos años. Pero Los Romeros, como el buen sabor de siempre, siguen siendo ellos, inequívoco vino de inequívoco hondo sabor.

Magníficos ejemplos de la copla tienen las sevillanas, antes y después de ellos, pero ellos escrituraron a su nombre un estilo, un aire, una identidad únicos. Y, entre dos pilares fundamentales, Hermanos Toronjos y Hermanos Reyes, supieron trazar una vereda que iba, de otra manera, con otros andares, a otro sitio: a la marisma, al amor, al Rocío, a Sevilla, a las dehesas, al mar... Quizá para llegar de nuevo a aquel primer lugar donde empezaron "arrecogiendo" una vela que habrían de desplegar después, cuando todos los vientos, admirados de la gracia de sus voces y de sus coplas, les soplaran a favor para llevarlos al ancho mar de la inmortalidad."Cuando la gente ignore / que ha estado en el papel, / y el que la cante llore / como si fuera de él...". Sin ignorar que han estado en un papel, y consciente de que no son mías, he llorado cantando muchas de sus coplas, que es la mejor manera de decir que las siento como propias.

Antonio García Barbeito